¿Puede un simple dulce predecir si tendrás un mejor retiro?

Probando con un malvavisco

La prueba del malvavisco, también conocido como el test de la recompensa aplazada o gratificación retrasada, es una prueba psicológica que se utiliza para evaluar la capacidad de un niño para retrasar la gratificación inmediata en favor de una recompensa más grande en el futuro. El test implica colocar un malvavisco delante de un niño y decirle que puede comerlo de inmediato, pero si espera unos minutos, recibirá dos malvaviscos en su lugar. La prueba fue desarrollada originalmente en la década de 1960 por el psicólogo Walter Mischel y ha sido objeto de numerosos estudios desde entonces.

¿Puede predecir un simple malvavisco un mejor retiro?

Recientemente, dos investigadores, Tyler Watts de la Universidad de Nueva York y Greg Duncan de la Universidad de California en Irvine, realizaron un nuevo estudio para evaluar la relación entre el resultado del test del malvavisco y la capacidad de un adulto para lograr sus objetivos de jubilación. En su estudio, Watts y Duncan utilizaron datos de la Encuesta de Salud y Jubilación de la Universidad de Michigan para analizar cómo la capacidad de retrasar la gratificación en la infancia se relaciona con la cantidad de ahorro que una persona tiene a los 50 años.

Capacidad de retrasar la gratificación

En lugar de utilizar el test del malvavisco en sí, los investigadores utilizaron una medida indirecta de la capacidad de retrasar la gratificación. Los participantes fueron preguntados si preferían recibir una cantidad de dinero en efectivo ahora o una cantidad mayor en el futuro. Los investigadores encontraron que aquellos que optaron por esperar y recibir una cantidad mayor en el futuro, tenían un 12% más de ahorros a los 50 años que aquellos que optaron por recibir el dinero en efectivo ahora.

«Retrasar la gratificación no solo es importante en la infancia, sino también en la edad adulta, y puede afectar los resultados financieros a largo plazo». Haonan Quan

Los resultados del estudio de Watts, Duncan y Quan son consistentes con estudios anteriores que han demostrado que la capacidad de retrasar la gratificación se asocia con una serie de resultados positivos en la vida, como una mejor salud, mejores resultados académicos y una mayor capacidad para manejar el estrés.

Retrasar la gratificación, sinónimo de éxito

Entonces, ¿qué significa todo esto para las personas que quieren lograr sus objetivos de jubilación? En primer lugar, el estudio sugiere que la capacidad de retrasar la gratificación es una habilidad importante que puede marcar una gran diferencia en el ahorro a largo plazo. Si una persona puede evitar la gratificación inmediata y esperar para recibir una recompensa mayor en el futuro, es más probable que tenga éxito en el ahorro para la jubilación.

Paciencia y perseverancia

En segundo lugar, el estudio sugiere que la capacidad de retrasar la gratificación no es una habilidad innata que algunos tienen y otros no. Más bien, es una habilidad que se puede aprender y desarrollar. Los investigadores sugieren que los padres pueden ayudar a sus hijos a desarrollar la capacidad de retrasar la gratificación mediante el establecimiento de metas y recompensas a largo plazo, y fomentando la paciencia y la perseverancia.

El estudio de Watts, Duncan y Quan mostró que la capacidad de espera en la infancia se asocia con el logro de metas a largo plazo, como la jubilación. Los investigadores utilizaron datos de la Encuesta de Dinámica del Ingreso a Largo Plazo de la Oficina del Censo de EE. UU. para examinar la relación entre la capacidad de espera y la riqueza acumulada en la edad de jubilación.

Capacidad de esperar

Encontraron que los participantes que informaron tener una capacidad de espera más baja a los cuatro años acumularon significativamente menos riqueza en la edad de jubilación que los participantes con una capacidad de espera más alta. También descubrieron que la capacidad de espera era un mejor indicadorde la riqueza acumulada en la jubilación que la inteligencia medida en la infancia.

La capacidad de espera no solo se relaciona con la riqueza acumulada en la edad de jubilación, sino que también puede tener implicaciones para la salud y el bienestar a lo largo de la vida. Las personas con una capacidad de espera más alta pueden ser más propensas a tener hábitos saludables, como hacer ejercicio regularmente y seguir una dieta saludable. También pueden tener más éxito en el trabajo y en las relaciones interpersonales.

Conclusión

El estudio de Watts, Duncan y Quan destaca la importancia de la capacidad de espera en la infancia para lograr metas a largo plazo, como un mejor retiro. Los hallazgos tienen implicaciones significativas para la educación y el bienestar económico y social de las personas. Además, el estudio subraya la importancia de abordar las desigualdades en la capacidad de espera en la infancia para reducir las brechas económicas y de salud en la edad adulta


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